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25.2.13

En la segunda parte..


Hace un año tuve la oportunidad de decidir como quería seguir con mi vida. Así que dejé mi casa, mis comodidades (en toda la extensión de la palabra), en sí, mi vida en familia. No es que no me gustara, al contrario, la extraño mucho. Pero llega un momento en el que debes de ser capaz de hacer las cosas por ti mismo…. No sabía en lo que me estaba metiendo.

Me fui de casa ignorando cosas, no aprendí a cambiar un fusible sino hasta que en el búnker se fue la luz, y no pasó ni una, ni dos, ni tres veces. Con todo y el pánico que me ocasionaba acercarme a la caja, no me quedé sin luz. Nunca le pregunté a mi hermana que tipo de jamón comíamos, o aproximadamente cuanto costaba una caja de cereal, de esas que me duraban solo una semana. No sabía cuánto dinero podías invertir en comer, simplemente me levantaba de mi cama y me dirigía a la cocina sin preguntarme más nada. Además, eran tantas las ansias por esa independencia que podía elegir, que me olvidé de una cosa muy importante..

El bunker fue mi casa por un año. Un año en el que cambiaron mis costumbres, mis ideas y objetivos. Empecé a vivir con un hombre, que es de lo más extraordinario del mundo. Para muchas personas, no es tan normal que una mujer viva con un hombre sin tener  ondas. Superamos el prejuicio incluso familiar y comenzamos a tener una vida normal de amigos compartiendo un espacio.  Compartir un espacio, implica más que elegir una película que ambos queramos ver, implica el tener los platos limpios cuando el otro quiere usarlos, implicó el aprender que cereal le gusta, implicó saber de nuestras vidas… Y para ser sincera, creo que no pude encontrar un mejor roomie.. Porque a pesar de ser lento en los quehaceres domésticos, confundir la cátsup con la salsa valentina, y no comprar encendedores cuando es su única misión,  siempre intentó mantener el orden y respeto en lo que compartíamos. Creo que hasta el aprendió a compartir un par de cosas.

Durante mi año en el bunker, atraje una vibra nefasta. En vez de disfrutar estas cosas que con tantas ansias había esperado, comencé a notar las cosas que no me gustaban.. en todos los sentidos. Me aseguré de saber que no me gustaba y que no quería. Al día de hoy y afortunadamente, me quedó muy claro. Sin embargo la vibra siguió ahí.  De repente, y también por fortuna, se empezaron a cerrar esos ciclos que tanto incomodaban. Casi para finalizar el año y con una incertidumbre en todas las cosas que hacía, empecé a tomar decisiones que me han enseñado hoy, que para decidir algo, tienes que pensarlo más de una vez, pero no tantas veces. Arriesgarse no es una mala idea, a veces cuando no sabes a dónde quieres ir, llegas al lugar que has estado buscando… o no. Se me había olvidado arriesgarme.

Una mañana en la bicicleta, vi un anuncio de Se Renta, en el balcón de un departamento,  así que con la idea de “No tengo nada que perder”,  entré al departamento, caminé por los cuartos, hice las preguntas necesarias, y descubrí que había encontrado un lugar. Un lugar diferente en donde tenía ganas de estar. La incertidumbre del dinero que se terminaba no cesó, pero dejó de ser importante. Tenía lo que necesitaba y mejor aún, una expectativa tremenda de mejorar las cosas que habían estado saliendo mal. Así que comencé a caminar diferente… El departamento de Coahuila, estaba esperando por ver todas esas nuevas ideas.

Con un par de recuerdos más, las cajas listas, los tamales del día de la Candelaría, me fui. Me fui de un lugar en el que no volveré a estar. Ahí dejé un par de cosas que ya no necesitaba, como el miedo, el conformismo y la falta de ganas de arriesgarme.  Para el día que nos mudamos, ya tenía cosas nuevas, trabajo nuevo, y hasta amigos nuevos. Todo llegó en el momento en que lo necesitaba.  Hay días en los que no pasa nada, y a veces en algunas horas, cambia todo. Me encanta lo irónico de la vida, me hace seguir aquí.

Me instalé, y al darle tantas vueltas al departamento, a mi vida, y a mis cosas. Llegué a la conclusión de que yo no buscaba algo nuevo, sino algo mejor.  Y esas cosas mejores no me las daría nadie, me las doy yo. Incluso, me las da la luz que entra por la ventana todas las mañanas, la plática de las personas que pasan caminando por la calle, hasta las parejas que vienen al hotel de vez en vez.. No creo que me haya dado cuenta tarde, creo que ahora es el momento en que no tengo que olvidarlo.

El año 2. Si bien empezó hace un mes, se ha encargado de dejarme con las cosas y personas que necesito.  Me ha dado ideas y perspectiva diferentes. No dejo de ser lo que soy,  no he cambiado, pero no soy la misma persona.  Quiero reír, quiero disfrutar, quiero ver y quiero hacer.
Y bueno, quien sabe que pase. Uno nunca sabe en dónde va a despertar, o en donde va a terminar el día… Lo único que me debo es pasármela bien y ser mejor de lo que puedo ser. Aquí estoy, ahí voy y así sonrío.

Bienvenidos seamos todos a este nuevo lugar.

23.2.13

That´s the way I Like It

Hace un par de días, estaba platicando con un amigo sobre un disco que me gusta mucho. El Im with you de Red Hot Chili Peppers, me comentó que no lo había escuchado jamás, yo le dije que habia ya escuchado este disco como un millón de veces, y no es exageración. Le dije que si quería, se lo podía prestar para que lo escuchara, a lo que él dijo, "lo puedo escuchar en linea"...

No sé que sea lo primero que venga a su cabeza cuando escuchan algo así. Lo primero que pensé fue que mi comentario habia sido de lo mas noventero, y bueno, es que estoy muy segura de que hace muchos años nadie me ha preguntado a mí si quiero que me presten un disco, algunas personas creo que ni los compran. 

Obviamente reimos del comentario, pero me di cuenta de que a pesar de no tener tantos discos, no cambiaría por nada esa sensación de sacar la caja de una envoltura,  ver el arte de los books, las fotografías.. hasta el olor a nuevo..
Soy fan de algunos streamings para escuchar música en linea, ademas, creo que he encontrado una aplicación para hacerlo de una de las maneras que mas me gustan, discos completos. Tenemos todas las ventajas y todas las oportunidades para tener acceso a la música, pero a los discos, ya no?

Cuando estaba mas pequeña, recuerdo que prestarse discos era una onda bastante pro, porque podías ver la colección de las personas y elegir que querías conocer. Incluso podías pasar grandes tardes escuchando música, porque todavía no podías rippear discos en la computadora. Ese era de los tiempos que mas me gustaban. El tiempo de los discos. 

Ahora tenemos acceso a toda la música, literal. Y eso es increible, pero a veces ya no necesitas a nadie más para conocer a alguna banda nueva, porque hay aplicaciones que te dan mas música de acuerdo a lo que escuchas. No me desagrada en lo absoluto, muchas de las bandas que me gustan hoy, las he conocido así. Igual extraño los discos. Quizá puede ser que extrañe mas el escuchar esa frase "..Te presto el disco para que lo escuches.."