La chica que soñaba con un coche que gaste menos galones de gasolina

Al regreso de Coachella la semana pasada y de un merecido día de descanso, me dispuse como todos los días a ir a la oficina a las 740 am  aprox. No es de esconder que me gusta manejar rápido, y con rápido me refiero a la velocidad que mi querido y noble chevy puede alcanzar. Así que el miércoles justo en la ultima curva de de mi camino, antes del semáforo de Aquiles Serdán y Tezozomoc, mi coche se apaga y muere. Que iba yo a hacer como toda buena mujer, obviamente intentar prenderlo y no solo una, ni dos, ni 3, mas de 4 millones de veces intenté dar marcha. A mi nunca nadie me explicó de mecánica, pero si de bandas de distribución. Gracias a Telcel ademas, no tenia línea, por lo que no me era posible moverme de la curva ni de hablar por teléfono a nadie. Una gentil señora, se detuvo y me ayudo como le fue posible, así que empujó mi coche y llegamos con un mecánico, el cual ya saben... aplicó la de ''si es la banda de distribución y usted intentó darle marcha, le va a salir bien caro'', anyway, no había nada que pudiera hacer, ya estaba hecho. 

Por falta de recursos al momento, me encuentro manejando a Zopi, un amable Cavalier de 1992 el cual mi novio no usa, y me hizo el favor de prestarme para no quedarme sin transporte. Al parecer tiene 519 cilindros, porque gasta gasolina como la chingada, y no es queja, es mas bien un recordatorio de lo importante que es cuidar el coche que usas todos los días. No es suficiente llenar el tanque para ir a todos lados, ademas hay que acordarse de hacerle el servicio 2 veces al año, verificarlo la misma cantidad de veces, revisar las llantas y en caso del Chevy, cambiar la banda de distribución cada determinados kilómetros (que al día de hoy digo sin saber cuantos).  En fin, hago el mismo recorrido de manera diferente. Zopi necesitaba correr un poco mas rápido y Matt, mi coche, necesitaba un break después de tantos años. Lo extraño, y estoy segura de que mi coche me extraña a mí.